En la escuela todo bien, ya tengo amiguitos a los que siento que ya quiero, soy una facilota en términos de amistad, no me cuesta darme. Tuve un orgasmo intelectual el jueves pasado cuando asistí a una conferencia con un catedrático madrileño que habló de la construcción del cuerpo por la cultura, mencionó que nosotros somos muchos y cuando le pregunté a que se refería en seco me dijo retándome: -¿No sabes a lo que me refiero?, insistí neciamente, -intuyo, pero quiero saber su opinión, y me contestó recitándome un poema...mismo que hablaba de que todos nosotros tenemos muchas vidas, muchas personalidades, muchas funciones y misiones que hacer...Para mi fue muy clarificador, en realidad es una tontería querer limitarnos cuando cada uno de nosotros somos tantas cosas y que cada una de nuestras facetas son igual de importantes por cumplir. Sin embargo, cuando hablaba este hombre sabio, me distraía el hecho de que el profe tuviera calcetines azules sobre su pantalón verde oliva y sus zapatos café...un simple detalle puede arruninarlo todo.

Estaba con una de mis alumnitas una chavita preciosa de no más de 19 años, quien cuidadosamente preparó nuestro lugar de trabajo, una mesa con sillas super bien puestas con luz adecuada, mantel y carpetitas, una lindura, noté en su lapicera una estampita de un señor viejito peloncito de pelo balnco y barbudo y de la nada le dije: - Mira tienes a Darwin, ella con cara de ¿qué?, -Pero si es Fray Leopoldo, para que me ayude con los exámenes...weeeyyyyyyy me quedo contestar: - A Darwin también le puedes rezar.

Ayer nos fuimos a beber con los amigos, fuimos a un lugar riquisímo de estos lugares de antaño, hablabámos y reíamos cuando el plan era ir a un concierto a otro pueblo, pues el Chukus y yo nos cortamos, y nos fuimos caminando al Bar Enrique, muy famoso por cierto, Enrique que es una lindura de persona, nos escuchó el acentazo chilango y lo primero que nos dijo fue: Viva México Cabrones!!! fue un buen inicio, cerraron el bar, pagamos las chelas y Enrique nos invitó a beber con él en petite comité con otra pareja, hablamos y hablamos, bebimos y bebimos, fue una más de las cosas maravillosas que pasan en España, la gente cálida, abierta que lo recibe a uno con el corazón, salimos de ahí a las 4 y media, haciendo zig zags con una sonrisa en la cara y nuevos amigos en el corazón...
